Pandillas, corrupción y delito organizado.
«En Argentina existen Maras en un estado embrionario»
Durante su estadía en Mar del Plata la socióloga especialista en el estudio de las Maras, Laura Etcharren dialogó con LA CAPITAL acerca de esa problemática que, según advierte, existe en estado embrionario en Argentina.
Originarias de Centroamérica, esta forma particular de organización delictiva avanza de manera organizada y sistemática sobre Latinoamérica. «Las maras bajan hacia el sur», sentenció la licenciada Etcharren que prepara para marzo el lanzamiento de su libro «Esperando las maras. El estado embrionario en Argentina».
– ¿Qué son las maras? ¿Cómo y dónde surgen?-
Etimológicamente la palabra mara viene de las hormigas marabuntas. Una especie que arrasa con todo lo que encuentra a su paso. En lo social, actualmente, hay que hacer una diferenciación entre maras y pandillas. Esto es muy importante porque si nosotros seguimos confundiendo unas con otras estamos incurriendo en un gran error.
Hay un gran desconocimiento, ignorancia voluntaria, mucha precariedad teórica y demasiada precariedad empírica a la hora de abordar una problemática como esta. Esa confusión hace que el tema no se pueda encarar de manera concreta. Que no exista una definición concreta de lo que es una mara hasta el momento es una cosa. No obstante, si hay algo más concreto respecto de las pandillas.
En un principio las maras surgen en Centroamérica, más precisamente en El Salvador.
Eran pandillas emergentes de la pobreza, de la exclusión social, algunos resabios que quedaron de las guerras civiles que se produjeron en los países de la región, de algunas guerrillas. Así surge la «Mara Salvatrucha» y la «M-18», que son rivales que entran en el campo de la acción a través de la lucha por el barrio.
-¿Siempre dentro de El Salvador?-
Sí, siempre en El Salvador pero paulatinamente se van extendiendo por Honduras, por Guatemala, en menor medida por Nicaragua. Aunque los focos de acción principales son El Salvador, Honduras y Guatemala. Estos son los países de Centroamérica más comprometidos en el tema de las maras y en los cuales todos los planes que se llevaron adelante para erradicarlas lo único que lograron fue rebrotar el fenómeno y abrirles un espacio propicio para que proliferen, las pandillas por un lado y las maras por otro.
-¿Cuál es la diferencia entre unas y otras?
Una pandilla propiamente dicha en un 90% está compuesta por chicos que emergen de la violencia y la exclusión social.
Son víctimas del sistema que se juntan para tener un poder que individualmente no tienen y que creen que lo van a obtener mediante la unión. Son chicos que están con el merodeo de la marihuana, del paco, delitos menores, etc. Esos mismos chicos, con el paso del tiempo y debido a una necesidad de tener más poder, son puestos en una especie de panóptico para los verdaderos narcoterroristas. Es decir, están vigilados por estos últimos para saber cuáles de ellos son los más aptos para trascender la pandilla. Se fijan cuáles de esos chicos tiene más ansias de poder y cuáles creen que son los más moldeables para ingresarlos, ahora sí, al mundo de las maras.
-¿Qué características tienen las maras en su forma de actuar?
Este mundo es el mundo del crimen organizado, el narcoterrorismo, los escuadrones de la muerte. Agarran a estos chicos y los mandan a realizar delitos que los cabecillas del narcoterrorismo no realizarían. De ese modo los chicos dejan las pandillas, dejan la lucha por el barrio y pasan a la lucha por la frontera.
Mientras las pandillas luchan por el barrio, las maras lo hacen por las fronteras, ya que quienes controlan las fronteras dominan los hilos sociales del poder, del narcoterrorismo. Eso nunca lo podría hacer una pandilla que no tiene armas, ni logística, ni entrenamiento táctico y estratégico. Que no tienen una estructura y mucho menos una infraestructura del delito para poder avanzar como lo hacen las maras.
Argentina un gran caldo de cultivo
¿Cuáles son los elementos que le llevan a pensar que en Argentina hay maras?
En Argentina lo que hay es un estado embrionario de maras. Es fundamental aclararlo dicha situación. En la Argentina no hay maras. Lo que hay que hacer es empezar a descartar el desconocimiento, la ignorancia voluntaria…
¿A quien se refiere con lo de ignorancia voluntaria?
Al Estado, a las fuerzas de seguridad.
Tenemos en el conurbano bonaerense un desastre en materia de seguridad como herencia de la gestión de León Arslanian.
Hace más o menos un año, cuando en Argentina el fenómeno de las maras sólo se conocía en el marco académico de los especialistas, el ex ministro «importa» el tema, lo trae y dice que «el problema de la inseguridad en Argentina se debe a la existencia de maras». Siembra una especie de terror que se reproduce en la gente que desconoce el tema. A ello se le suman los medios de comunicación que fueron funcionales a esas declaraciones haciendo informes sobre las maras. Entonces, ponen el ejemplo de la M-18 que evidentemente fue la de mayor acceso para entrar. Así, el noticiero de canal 9 y Radio 10 hicieron un experimento con este tema informando cualquier cosa.
Todo queda en evidencia cuando en el país empiezan a producirse como modalidad de delito los grupos comandos en barrios cerrados con el mismo modus operandi. Ahí uno comienza a preguntarse ¿No era que la inseguridad, según el entonces ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires, emerge de la exclusión social, de la marginalidad? ¿Pandilleros asaltan como grupos comandos con planes de inteligencia de meses? Es decir que lo que hay es crimen organizado y no las pandillas que se mostraba en los medios.
-El asesinato que se produce en el municipio de La Matanza y que se lo plantea como un acto de maras…
Ese es uno de los primeros indicios que hay. Ocurre que también hay un error en ese caso.
No es que la mara se llama «lágrima» como se dijo, sino que al acusado le dicen así por los tatuajes que tiene en su cuerpo. La cantidad de lágrimas tatuadas representan el número de asesinatos cometidos. En este caso es en donde empezamos a hablar de estado embrionario, dado que después de que se liberó al acusado no se supo más nada.
Según algunas fuentes que tengo se dice que se fue a Perú donde también hay un estado similar al de nuestro país respecto del desarrollo de las maras.
-¿Cree que estos embriones tienen una relación orgánica con las maras centroamericanas o son imitaciones de ellas?
Hay de todo. America Latina tiene un retroceso atroz, razón por la cual existen chicos que emergen de la exclusión social y conforman sus pandillas pero también hay otros que vienen de otros lugares del mundo y encuentran en Argentina un lugar propicio para el crimen.
Porque acá no hay control, no hay normas. Lo que existe, es anomia.
Por otro lado el fenómeno de los medios de comunicación, sobre todo la televisión, que es vista por todo el mundo, generó en materia de información, respecto de este tema algo que es peligrosísimo.
A ver, un chico de una pandilla de acá que ve el informe de las maras se identifica con el fenómeno centroamericano y busca tener el mismo grado de resonancia que ellos tienen. Entonces se genera una reproducción de la violencia y una creación propia de los imaginarios colectivos y como no hay conciencia social y el juzgamiento es selectivo se profundiza el problema y se agudiza la crisis.
Hoy podemos decir que hay un estado de metamorfosis de las maras. Ya no son lo que eran antes, ya no se van a tatuar porque dejaron de ser pandillas para ser parte del crimen organizado.
En Guatemala lo hacen ex integrantes del ejército de elite, «Los Kaibiles», en México por los «Z», integrantes o ex integrantes de estas fuerzas de elite que encuentran fuera de esas organizaciones mayor remuneración que dentro de ellas.
-¿Piensa que en la Argentina las purgas realizadas en la Policía Bonaerense y los bajos salarios de esta fuerza pueden generar una situación similar?
No se puede afirmar. Estamos en un período de cambio de gobierno. Sí podemos decir que agregar más policías que no están preparados para enfrentar la criminalidad es un barbaridad. Poner policías que no terminaron el colegio es una barbaridad.
Para estar al frente de una fuerza que tiene que cuidar la seguridad hay que estar preparado. Si este gobierno, el de Scioli, va a seguir la línea del anterior estamos perdidos. Estas son pequeñas cosas que nos hacen ver que en la Argentina el orden social está en jaque. Mucha gente que se va de la bonaerense o de la federal, con todo lo que aprendieron dentro de la fuerza pueden empezar a cooptar chicos y se arman pandillas, de hecho, así surgen los escuadrones de la muerte y los asaltos comando. Se apartan o los apartan de la policía y encuentran en la cooptación de menores un círculo absolutamente funcional para operar sin ponerse en evidencia.
Los jóvenes en la mira
-En su análisis apunta a los sectores juveniles como foco del problema ¿Por qué?
Primero porque los menores de edad son mas fáciles de cooptar por la gente grande.
La educación en Argentina esta devaluada. En realidad, todas las esferas de la sociedad lo están. La familia, que es la célula de la sociedad, está totalmente desmembrada. Hay un quiebre en el tejido social y al desmembrarse la familia los chicos quedan a la deriva. En este sentido hay que aclarar que no todos los chicos que nacen en un medio pobre son delincuentes, eso es un error. Quizás el porcentaje es mayor pero también hay un porcentaje que quiere prosperar y no en el delito. Pero ese alto porcentaje es el que están mirando, o los ex agentes de la bonaerense, de la federal o gente con mucho poder que los usan para realizar delitos que ellos no quieren realizar por una cuestión de jerarquía y autopreservación.
-¿Qué rol juegan las instituciones correccionales para prevenir esto?
Al no haber regulación todas estas instituciones, al igual que las cárceles, son universidades del crimen. Pandilleros, mareros y algunos policías dentro de las cárceles les dicen a los que están afuera qué hacer. Obviamente siempre hay excepciones.
Primero hay que tomar conciencia del problema y después actuar interdisciplinariamente en la solución.
-¿Las maras pueden denominarse como tribus urbanas?
Si los medios de comunicación siguen diciendo que las maras son tribus urbanas estamos muertos. No son tribus urbanas. Estas pueden ser identificadas en los dark, los raperos, los góticos, etc. Son chicos que buscan diferenciarse desde la estética o la música. Caracaterísticas que si bien las pandillas también las tienen, a diferencia de las tribus urbanas, ellas buscan prosperar en el delito.
Fuente:
05.02.08 Diario La Capital. Ciudad de Mar del Plata.
por Juan Carrá
Publicado en Entrevista sobre las maras en Argentina